sábado, 7 de julio de 2012

Bargalló en malas compañías


Editorial de la Nación intenta victimizarlo

Y avala la gestión Bergoglio-Casaretto


Reunión en Cáritas Merlo con políticos favorables al aborto

Nos sorprende hoy el diario La Nación, al dedicar su editorial a Mons. Fernando María Bargalló. Un asunto que, agotada la etapa de revelaciones lúbricas, parece haber dejado de presentar interés para los medios y, consecuentemente, para la gente.

Sin embargo, consideramos que la Diócesis de Merlo Moreno tendría que estar en la mira, primero de la Santa Sede, luego de la CEA y finalmente de los medios y del pueblo fiel, para asegurar que todo esté en orden en Dinamarca, puesto que, en nuestra modesta opinión y a la luz de lo acontecido, buen olor no tiene y el actual Administrador Apostólico carece de antecedentes que inspiren confianza.

Por ejemplo, van trascendiendo los devaneos del Obispo (ahora sin cátedra) con partidos políticos de "izquierda" (para llamarlos de algún modo) que militan en contra de la Vida y a favor de leyes reñidas con la Moral católica. Es nada más ni nada menos que la continuación de la política por la cual Cáritas Argentina pasó a ser "compañera de ruta" del socialismo marxista, como denunció oportunamente Catapulta, a través del Foro Social Mundial, preguntando en ese entonces si Mons. Bargalló se había titulado de tonto con o sin summa cum laude.

¡Tiempos de quiebre, tiempos de poder!

Pasemos ahora al Editorial de la Nación y nuestros habituales comentarios en rojo, adelantando que en nuestra opinión persigue los siguientes objetivos:
Poner en entredicho el celibato sacerdotal, defender lo actuado por la dupla Bergoglio-Casaretto, victimizar al obispo culpando de su desdicha a los políticos de Merlo Moreno y rescatar su actuación al frente de Cáritas.





Más allá de que el celibato debiera ser tema de discusión futura, el sacerdocio no puede hoy desatender exigencias obligatorias. (Se le ve la pata a la sota: instalar la discusión sobre el celibato).

En el sonado caso que involucra al ex obispo de Merlo-Moreno y ex presidente de Cáritas, Fernando María Bargalló, entran en juego varios factores dado que se trata de una personalidad pública con importantes responsabilidades en el ámbito eclesial y social. No hay que olvidar que la autoridad de la Iglesia se apoya en la coherencia moral y, cuando ésta es dañada, pierde credibilidad su palabra. (La Iglesia tiene autoridad porque así lo ha dispuesto su divino Fundador, y la tiene a pesar de lo que hagan sus ministros. Pero es cierto que la falta de coherencia entre lo que se predica y lo que se vive, destruye la credibilidad).

Lo que más perplejidad suscitó fue que una vez publicadas las fotografías que lo comprometían, el obispo desmintiera por televisión la existencia de una relación amorosa con la mujer que lo acompañaba en las imágenes. Poco después, sostuvo lo mismo en la Nunciatura Apostólica. Finalmente, ante la evidencia, admitió frente a su clero que había existido un romance, si bien era cosa del pasado. A muchos, esa mentira los dañó más que el hecho en sí.(De acuerdo, mentir poniendo a Dios por testigo es muy grave y demuestra una falta de valor indigna de un Pastor).

Independientemente de lo que cada uno piense sobre la vigencia del celibato sacerdotal obligatorio, un ministro -y en especial un obispo, que ejerce la plenitud del sacerdocio- debe atenerse a las exigencias que la Iglesia entiende hoy como obligatorias. Con todo derecho a no estar de acuerdo con esa disciplina eclesiástica, la persona puede optar por no acceder al sacerdocio o bien pedir retirarse a una vida laical.
(Las opiniones sobre el celibato que la gente común tiene, están basada generalmente en la propaganda de los medios, desconociendo casi por completo los sabios motivos que la Iglesia Latina ha tenido para sostener tal práctica, y que Pablo VI expuso en Sacerdotalis Celibatus. Por eso, "la opinión de cada uno" no tiene, por lo común, fundamento). 

No conviene olvidar, además, otras circunstancias que se refieren al lugar del encuentro. Para quien representa a una institución como Cáritas, por más que el obispo no hizo uso de dinero impropio y es libre de actuar como le parezca con su patrimonio personal -ya que el clero secular no tiene voto de pobreza-, no parece un buen testimonio ir de vacaciones a una playa mexicana, que parece más característica del jet set del espectáculo. (¿En base a qué se puede asegurar que el Obispo no hizo uso de dinero impropio? A lo más hay que desear que no lo haya hecho, sobre todo cuando hizo cosas tan o más graves que esa: ¡quien puede lo más puede lo menos!
Por otro lado los clérigos no son libres de actuar como les plazca con su patrimonio personal. El editorial se contradice en el mismo párrafo, pues manifiesta disgusto por el testimonio de su viaje al Pacífico mexicano).

Dicho lo anterior, no puede soslayarse la fundada sospecha de que esas fotos de hace un año y medio llegaron a los medios con intención de golpear a una persona que podía molestar oscuros intereses de su diócesis. Y esa sospecha recae en hombres de la política ligados a los municipios donde se desempeñaba Bargalló. Se trataría de una suerte de venganza. (Si Bargalló recibió un ataque desde el poder político, debe señalarse que él se metió imprudentemente en un terreno que le es impropio, asociándose a los enemigos de la Iglesia. Pero no es ésta la única hipótesis, y llama la atención que sea repetida por los medios con exclusividad. Por otro lado, el editorial coincide con la línea Bergoglio-Casaretto: Bargalló es una víctima).

En líneas generales, se tiene la impresión de que tanto el nuncio como las máximas autoridades de la Conferencia Episcopal actuaron con sobriedad y celeridad. No tan oportunas fueron algunas otras declaraciones episcopales que criticaban con dureza y sin mayor conocimiento de causa al obispo cuestionado. (Nos gustaría saber qué obispos lo criticaron con dureza porque no sabemos que, al menos públicamente, alguien lo haya hecho). 

La celebración de los quince años de la diócesis, encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio y por monseñor Jorge Casaretto -hoy interinamente a cargo-, guardó un prudente y fraternal equilibrio ante la delicada situación. (Parece que Casaretto está preocupado por que trascienda lo que realmente pasó ahí -ver video- y les ha pedido una mano a sus amigos de La Nación).

Es de tener en cuenta que no pocos fieles se sintieron dolidos por los acontecimientos, mientras que otros defendieron la persona de Bargalló y su actuación como pastor, al tiempo que le restaron peso a la falta de su compromiso celibatario. (Si a sus fieles les parece poco su "falta de compromiso", entonces no ha sido buen pastor). 

Las reacciones dan muestra de la necesidad de un mayor debate en la Iglesia sobre este tema. Debate que, lamentablemente, hechos como el ocurrido no ayudan a tratar con la seriedad y la profundidad que el tema merece. (¿Quién tiene esa necesidad, los editorialistas de La Nación? Además, por que no se informan un poco. Aún en el supuesto de que la Iglesia reformara la disciplina eclesiástica en el derecho latino: ¡Jamás se hará Obispo a un hombre casado, a menos que su esposa acepte irse a un convento como pasó alguna vez en la antigüedad!)




9 comentarios:

Anónimo dijo...

La Nación es una mafia liberal. El celibato es intocable, en Gualeguaychù a los curas con sotana los han echado a todos

Anónimo dijo...

En la ex-diócesis de Casaretto, San Isidro, la gran mayoría de los sacerdotes están en contra del celibato sacerdotal, porque ya en el seminario que existió hasta hace muy poco en dicha diócesis a los seminaristas se les permitía tener novia. Son las aberraciones casarétticas.

nestor dijo...

Cristo dijo:no se puede servir a dos señores(menos si alguien es "señora")

Anónimo dijo...

En el seminario de la diócesis de los resfriados, preparan funcionarios municipales con el dinero de los fieles

Anónimo dijo...

No sé si reir, llorar o preocuparme por la nota que salió publicada hoy y que copio debajo. Que este engendro masón alabe la política papal me llama poderosamente la atención pero no es nada nuevo desde Paulo VI, en que graciosamente se comenzó el maridaje con la masonería de forma abierta y pública. Los que antiguamente estaban automáticamente excomulgados por solo pertencer a esta banda anti-Cristo, ahora y con el beneplácito de muchos "gendarmes de la fe", en las palabras de un gracioso y simpático blogger de esta página, infectan las mentes y almas de los católicos liberales o neocones. Pero dicen que sarna con gusto no pica.
Mons Lefebvre ruega por nos.

Copio:

Este domingo, Luis del Pino entrevistó en su programa Sin complejos, de esRadio, al Gran Maestro de la Gran Logia de España, Óscar de Alfonso.

Al final de la conversación, y tras reiterar los habituales argumentos masónicos para afirmar su compatibilidad con la religión católica (mil veces desmentidos por la Iglesia y por la misma historia de enfrentamientos de ambas instituciones), Del Pino le preguntó, no como Gran Maestro, sino "a nivel personal", qué opinaba de la labor de Benedicto XVI como Papa.

Ésta fue la respuesta de Alfonso: "Como Gran Maestro no debo pronunciarme, y en cualquier caso la Gran Logia de España respeta lo que el Papa representa y la labor que hace".

Y a continuación expresó su opinión a título personal: "Como Óscar de Alfonso, la verdad es que me parece muy bien. Permítame decir que es injusto cómo se está tratando al Papa Benedicto, porque entiendo que él está haciendo una reforma silenciosa, constante, dentro de la institución del Vaticano y dentro de la Iglesia en general. Y [ante] esas reformas que él está haciendo y que la gente no se entera, está recibiendo muchas presiones y está recibiendo muchos reparos, creo que por gente de dentro".

"Yo creo que ese espíritu de reforma hay que apoyarlo y yo creo que el Papa ha hecho muchísimo más en el corto tiempo que él lleva que decenas de años de otros Papas", continúa el dirigente masón, antes de hacer una velada referencia a Juan Pablo II: "Lo que ocurre es que otros Papas ganaron la batalla de la comunicación, y eran magníficos viajeros y tenían un marketing televisivo estupendo y quedaban muy bien. Benedicto XVI tiene menos gancho televisivo, pero a nivel interno -y la información que yo tengo es así- lo está haciendo muy, muy [sic] bien, y de una manera muy necesaria".

"Y (ahora lo hemos visto con los Vatileaks, con el mayordomo detenido, las filtraciones y demás) cuando alguien mueve de verdad y hace un terremoto controlado dentro de una institución", prosigue, "eso provoca grandes problemas a algunas personas que estaban acostumbradas a trabajar de otra manera".

Por último, finaliza Alfonso: "Yo creo, y aquí hablo absolutamente a nivel personal, que el Papa lo está haciendo muy bien desde ese punto de vista. Lo que pasa es que esa imagen del Santo Oficio que tiene encima es difícil quitársela. Pero yo creo que lo está haciendo bien".

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=23676

Fin y retomo.

Como si la masonería fuese ajena al descalabro de la Iglesia Católica. Pero no son estos sino los traidores de dentro los peores.

Riki, aviváte de una vez.
D

Anónimo dijo...

Discúlpeme, pero en vista de las fotos de monseñor en Méjico, yo no diría que elige mal sus compañias..

Ricardo dijo...

Para el anónimo de aquí arriba ^:

Yo no te disculpo, porque si quisiste hacer un chiste te equivocaste de lugar y ocasión, me parece.
Y si no, deberías saber que para un católico la palabra "mal" no tiene una significación meramente sensible sino fundamentalmente moral.

Anónimo dijo...

el punto es así: o se corta elñ celibato o se respeta, pero es aberrante respetarlo "por fuera" y después tener noviecita en secreto, porque eso es tomar de estúpida a la gente.
Como pasó en San José de Flores...y no me digan que les tienen prohibido publicar esto!

Anónimo dijo...

El celibato no se corta, fué dicho por el mismo SEÑOR, en el Evangelio, que algunos por amor al Reino se hacen eunucos, entienda el que pueda, lo que equivale a que los que tienen el llamado pueden entenderlo.